Con sus yerros, Arturo González se descarta y allana el camino a otros competidores
Elecciones BC
Por: CÉSAR MOROYOQUI
Quizás los problemas de personalidad o el exceso de tragos consuetudinarios, llevaron al alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz a lanzarse al vacío sin paracaídas, y hoy se haya convertido en un soldado caído en estas batallas pre electorales por la nominación a la candidatura al Gobierno del Estado por parte de la 4T.
Al menos en Baja California, y sintomáticamente en Tijuana también, el empresario y político se ha quedado sin piso firme para seguir aspirando al gobierno estatal, lo que abre las posibilidades a otros firmes aspirantes que han mantenido la propuesta y la sobriedad cuando se enfrentan a situaciones adversas.
Y es que Arturo González Cruz perdió todo oficio político al acusar a todo mundo, aunque esta actitud no la adquirió de la noche a la mañana. Al presidente municipal de Tijuana lo persiguen numerosos fantasmas que se asocian a su personalidad soberbia e inestable, y que al acercarse el tiempo de las definiciones político-electorales lo hicieron descoserse y lanzar amenazas y anatemas a diestra y siniestra.
En su desesperación, abandonó la silla municipal para buscar en otras ciudades del estado, simpatizantes y consensos para su candidatura. Un error más.
Con esta “baja” en el pelotón de aspirantes, todo indica que el camino se empieza a despejar, pues los postulantes a esa candidatura ya han topado con su propio “techo” de las intenciones de la voluntad ciudadana y al interior de MORENA.
Ya no dieron para más.
Así vemos a un Mario Escobedo, secretario de Economía Sustentable que por más fuegos artificiales que lanza al cielo bajacalifornianos, no “levanta” su trayectoria rumbo a la nominación, mientras que Armando Ayala, alcalde de Ensenada, se le nota chato y carente de ideas y brillo para poder destacar en esta singular carrera que se vive en Baja California.
En esta maratón, solo quedan dos candidatos encarrilados e ilesos, el delegado federal único, Jesús Alejandro Ruiz Uribe y la alcaldesa de Mexicali, Marina del Pilar Ávila. Apuesten señoras y señores, jóvenes y señoritas que la pista se está despejando.