Cienfuegos o Ulises de la justicia (II)

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Por Rogelio Roca / NDT Noticias de Tijuana.

En diciembre 9 de 2015, después de rastrear las líneas de comunicación de los “H”, Beck y otros agentes atendieron a la alerta de un flujo alto de intercambio de mensajes entre el H-2 y uno de sus principales cooperadores, Daniel Silva Garate, conocido como el H-9. Los agentes sabían que este último había sido enviado a la ciudad de México por órdenes del H-2 para encontrarse con un contacto que a juzgar por el flujo prominente de los mensajes era importante.

“Vamos a ver al padrino” escribió el H-9 entre los mensajes.

El H-9 le envió una captura de pantalla al H-2 de un mensaje que recibió de alguien al que se refería como “Zepeda” (curiosamente el apellido materno de salvador Cienfuegos) que le avisaba que no se asustara por el convoy de camionetas que se dirigían hacia él.

“Voy a enviar 5 o 3 camionetas con vidrios polarizados” escribió Zepeda.

Minutos después el H-9 le reportó a su jefe que se encontraba dentro de uno de los vehículos y que había una motocicleta escoltando al convoy por las calles de la capital. Una vez que llegaron a su destino, el H-9 reportó que se encontraba al interior de lo que el llamo “el ministerio de defensa” rodeado de hombres con la cabeza rasurada y con boinas. “El padrino es otro nivel”, escribió’. “es el segundo presidente». Describió haberse encontrado con un oficial mayor, de tez clara y posteriormente ser conducido a un barrio de clase alta de la ciudad de México. Ahí texteó: “es el que sale en la tele”. “y me dijo: ‘no me ha visto’. No hay problema. Pero debemos borrar de nuestra memoria que estoy comiendo con él”.

“Entendido” Respondió el H-2.  “Dile que jamás tendrá problemas conmigo”.

A partir de la recolección de información de estos y más mensajes, a Beck y otros agentes les tomo poco tiempo relacionar el apellido “Zepeda” con el nombre de Salvador Cienfuegos Zepeda, lo que les dio la seguridad de estar siguiendo las huellas de un caso excepcional que imbricaba la colaboración de una banda mediana de narcotraficantes con uno de los escalafones más altos del gobierno: la secretaría de Defensa.

Si existe una pregunta realmente importante es esta: ¿Por qué motivo Cienfuegos trabajaría con Narcotraficantes habida cuenta de que su posición en la secretaría de defensa lo colocaba en un lugar susceptible de escándalos, ataques y remociones?

Algunos oficiales declaran que Cienfuegos había apoyado a un programa de entrenamiento secreto de la C.I.A que capacitaba a unidades de élite de las fuerzas armadas de México para desarticular operaciones de tráfico de drogas al mismo tiempo que los americanos veían en Cienfuegos a un aliado forzado en la lucha contra el narcotráfico a partir de su abierta hostilidad y desconfianza hacia la D.E.A según la declaración de oficiales que trabajaron con él. Documentos de la «U.S. law-enforcement and intelligence» indicaban que había sospechas de que el General estuviera protegiendo narcotraficantes mientras comandaba regiones militares que solapaban enclaves del narcotráfico.

Uno de esos enclaves era Nayarit… Continuará

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