—Tras ser sometido el agresor del uniformado, este huyó a pie con candados en las manos y fue detenido con disparo en el abdomen.
Por Rodrigo Medeles
TIJUANA— Un agente de policía municipal del Distrito de La Mesa fue lesionado por disparos de arma de fuego cuando al atender un reporte de asalto sobre la calle Laguna Salada y Tampico de la colonia Los Santos fue presuntamente desarmado y baleado con su arma de cargo.
El oficial Juan Manuel N, solicitó el apoyo vía frecuencia de radio para su traslado a un nosocomio. En pocos minutos, agentes de diversas corporaciones policiales sitiaron las calles en mención para localizar al presunto responsable de la agresión a un oficial de policía municipal.
Calles más adelante localizaron a un sujeto de tez blanca, pelón y de estatura promedio con pantalón de mezclilla azul y sudadera color gris, al que le marcaron el alto y fue puesto bajo custodia con candados de sujeción en las manos.
Testigos oculares refieren que el presunto agresor del policía municipal aprovechó un descuido de dos oficiales que lo mantenían en custodia para emprender la huida a pie-tierra sobre una de las calles principales de la colonia Los Santos.
Los policías lo alcanzaron y a través de comandos verbales le indicaron arrojarse al suelo y rendirse, haciendo este caso omiso de las indicaciones de la autoridad.
Un agente abrió fuego en contra de la humanidad del presunto delincuente impactado en el abdomen bajo del cuerpo de Edgar Omar N, de 40 años quien tras ser sometido, de nueva cuenta, fue trasladado hasta las instalaciones de Cruz Roja donde recibe atención médica.
De acuerdo a la versión de los agentes de policía municipal involucrados, en el lugar de los hechos se localizó un arma tipo escuadra “presuntamente” calibre. 380.
Los hechos antes descritos podrían desencadenar acciones legales en contra de los agentes de policía municipal, quienes al implementar el protocolo policial para detener y someter a un individuo desarmado y esposado, utilizaron un uso desmedido de la fuerza.
La ley es clara en ese sentido, el uso de la fuerza debe ser proporcional a la agresión y, a pesar de que el delincuente abrió fuego sobre el policía municipal que auxilió a una ciudadana tras ser víctima de un asalto “la justicia es ciega” y no distingue entre las personas, se aplica de forma equitativa y con el mismo rasero.
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