Columna de Impacto…
Por: @Rodrigo Medeles Ruiz.

TIJUANA.)- ¡Se sabe de antemano!, que quiénes ejercen el periodismo crítico y mordaz, asumen que tocar temas de corrupción gubernamental o delincuencia organizada conlleva a contraer riesgos enormes (…) No obstante de saberlo, la responsabilidad y necesidad de informar supera el miedo a lo incierto, a lo inescrutable, a evitar la corriente eléctrica (temor) momentos antes de una crónica o redacción que te hará susceptible a una agresión. El reportero toma fuerzas de flaqueza e inicia su noble labor sin confianza en estrategias y protocolos fallidos, implementados por funcionarios que buscaron la revancha antes de la eficaz estrategia que brindara seguridad.
Las garantías necesarias para ejercer a plenitud la noble labor de informar se formaron bajo una garantía individual de libertad de expresión a la que tenemos derecho todos los mexicanos. Sin embargo, esto solo se plasmó en papel, pero no en la vida real.
Prueba de ello, son las cuantiosas bajas que enmarcan la precaria y endeble situación de reporteros que soportaron amenazas, agresiones e intimidaciones para finalmente encontrarse de cara, de frente a los agresores que impunemente les arrebataron la vida.
Si tan solo se tuviera un minuto de cordura, se caería en cuenta que al periodista lo “protege” aquel funcionario criticado y sometido al escrutinio público por algún comunicador a los largo y ancho de su carrera política.
¡Francamente yo soy muy mal pensado y creo firmemente que al gobierno le importa «madres» la seguridad e integridad física de la prensa..!
El Estado le ha fallado al gremio al no encontrar soluciones claras que detengan las agresiones (…) Contrario a eso, ha permitido que se vulneren las condiciones para ejercer el periodismo en todas y cada una de las labores.
Fotógrafos, blogueros, facebukeros y más entraron al radar de violencia luego de la llegada de una red social que brindó amplia oportunidad de expresarse abiertamente; “negada por los titulares de los medios donde colaboran.
Ante esta situación y el arribo del gobierno de izquierda, discursos como «llegaremos hasta las últimas consecuencias, sin importar quien caiga», toman de pronto una perspectiva de veracidad.
Si el gobierno de Amlo cumple con gobernar de acuerdo a la ley, la posibilidad de lograr un eficaz protocolo de seguridad y previsión para la prensa es viable y hasta cierto punto creíble.
¡Yo sigo de mal pensado..!
Por ello, las asociaciones de periodistas a nivel nacional, deben exigir la inclusión de miembros honorables del cuarto poder a las instituciones de gobierno que manejan la seguridad de los periodistas en riesgo.
¡Al menos!, así yo dejaría de pensar tan mal…
Foto cortesía de @Proceso.