Más allá de causas y condiciones, si no se actúa rápido, con racionalidad, responsabilidad política, social y medioambiental, Tijuana, nuestra casa, pronto dejará de ser ese oasis lleno de oportunidades y abundante agua.
TIJUANA- A problemas tan grandes como la contaminación medioambiental y el calentamiento global, se le unen problemas de mantenimiento del sistema de bombeo en Tijuana. Los lamentos llegan desde las más diversas colonias, pero lo peor aún está por llegar.
La escasez de agua preocupa a los habitantes de esta ciudad, y muchos se ven forzados a racionar este preciado recurso desde hace un par de años.

Pongámonos en contexto. Nuestra ciudad, a pesar de estar bordeada por los mares del Pacífico, se está quedando sin agua. Desde hace un par de años se sufre aquí una fuerte sequía que ha generado un recorte en el suministro de agua.
Mientras, los organismos públicos se acusan unos a otros sobre la causa de esta escasez, que apunta principalmente a la falta de mantenimiento en la presa que abastece a la región.
Hernando Durán, exdirector de la Comisión Estatal de Servicios Públicos en Tijuana (CESPT) y director de la organización ambiental Tijuana Verde, explica que, además de la escasez de lluvia, el problema principal es que no hay nuevas fuentes de abastecimiento.

«La única fuente permanente es el Río Colorado, que son más de 1.850 millones de metros cúbicos, y ese es el 80 % de todo el agua que está en todo el estado», comenta Durán.
Para Carlos Bustamante, consultor y activista ambiental, el cambio climático es otro fenómeno fundamental. «Aunque no somos del todo culpables, en el sentido de que es algo global, aún en los mejores escenarios habrá un escenario malo. Va a haber sequías y la disponibilidad de agua potable se va a reducir», asegura.
Alfonso Andrés Cortez, profesor de estudios urbanos y medio ambiente del Colegio de la Frontera Norte (Colef), en Mexicali, recuerda que la agricultura consume mucha agua en la región.

«La agricultura se lleva el 85 %, casi nueve de cada 10 litros de los que disponemos en total en la región», dice Cortez, quien también hace hincapié en que Tijuana tiene un 20 % de fugas en su red de agua, además de una mala gestión en los organismos operadores, entre otras cosas.
Más allá de causas y condiciones, si no se actúa rápido, con racionalidad, responsabilidad política, social y medioambiental, Tijuana, nuestra casa, pronto dejará de ser ese oasis lleno de oportunidades y abundante agua.